Diversas combinaciones de tinta, acuarela y óleo, ya sea sobre papel, madera o lienzo, son la especialidad de la artista coreana Stella Im Hultberg. Actualmente radicada en Brooklyn, California, la también diseñadora industrial pasó gran parte de su carrera desarrollando juguetes antes de formarse de manera autodidacta en la pintura. Habiendo crecido en Hong Kong, Corea y Taiwán, Stella deja entrever en su obra una clara mezcla de influencias culturales. De hecho, llama la atención su facilidad para crear retratos de mujeres caracterizados por el uso de líneas fluidas y tonos suaves, los que en su conjunto, confieren a cada pieza una forma de belleza, erotismo y sensualidad muy única con un gusto a menudo enfermizo que evoca a trastornos de la alimentación. “La identidad es algo en lo que siempre se basan mis obras, no sólo la propia, sino la identidad como parte de la vida. Tratar de cerca con la muerte y la lesión hace que te das cuenta de la fragilidad que ella radica. En un momento puedes estar vivo y en el siguiente ya te has ido”, comenta la artista, también motivada en hablar a través de su arte sobre muerte, oscuridad y transformación.
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